Ya ha llegado la becada a nuestros montes
La becada está entrando como siempre: sin reglas fijas en el dónde, en el cómo y en el cuándo. Si bien es cierto que ya hará dos semanas o así que hay un buen contingente entre nosotros, todavía no están suficientemente y equitativamente repartidas.
La becada que ha entrado con calor -y hemos tenido varios días calurosos-, se ha ubicado en esos barrancos de los montes que, aun cuando no lleven agua, la han llevado recientemente y están húmedos. No son malos lugares los hayedos con sus corros de vegetación aislada cerca de los citados cárcavos. En ocasiones están echadas entre las recién caídas hojas de las hayas. Por eso no está de más que lugares tales sean zigzagueados por el perro debidamente. Siempre el hayedo fue muy querencioso cuando entraron con calor, sobre todo si tiene piedras con musgo o musgo en los cárcavos.
Por el contrario, la becada que entra con frío tiende a ubicarse en las crestas de los montes o en cotas altas. Me refiero a cotas altas y húmedas con vegetación que les permita caminar por debajo de ella sin ser vistas. Son muy querenciosos los corros de boj. En las cimas de las coníferas suelen estar en esas pequeñas islas de vegetación y en las orillas de la arboleda. No les suele gustar la pinaza como cama. Pero tengan presente que en las entradas de ahora, de la noche a la mañana se marchan todas o casi todas, pues alguna siempre se queda.
De todas las maneras, no les extrañe que en días como estos las vean volar hasta en las ciudades y pueblos cercanos a sus lugares de querencia. La mayor parte de los cazadores vascos han visto u oído hablar de becadas avistadas en la Vitoriana avenida de Gasteiz, pongo por caso. Créanselo. Pero eso es circunstancial y no se volverá a repetir hasta que nieve o se vayan otra vez a sus lugares de origen.
Dichas coordenadas son conocidas por los sorderos del lugar, y van y vienen como posesos en coches propios o ajenos burlando las normas de aparcamiento. Los matarifes no son sorderos, pero hacen demasiado daño al colectivo, que por otra parte va haciéndose respetar por su seriedad. De momento ya ha conseguido que no se dispare a la becada desde los puestos palomeros o desde otros apostaderos, pero todavía falta una vigilancia exhaustiva y valiente que se lleve a cabo en las praderas por la noche. En A estos lugares acuden para comer, y algunas pernoctan después de haber cenado para oír al zorro, gato o mustélido caso de que se les aproxime, pues apenas tienen enemigos alados por la noche. Pero otras hacen justamente lo contrario. Por eso sería interesante que los estudios contemplaran el contenido de sus estómagos, tal y como lo hizo el ingeniero superior de montes de la Diputación Foral de Álava Luis Carlos Cabanas Mur durante diez temporadas, analizando los estómagos de 1.044 becadas. Por el contenido del estómago y el peso de la becada puede deducirse cuando entró esa sorda y la cota de captura, el tiempo que llevaba, la meteorología, etc. etc.
Quienes van a los campeonatos de esta naturaleza, además de tratarse de jóvenes en perfecta forma física, llevan perros, munición y armas excelentes. Y lo que es más importante, cazan en los mejores lugares de la provincia. Pues bien, observen la ratio de sus resultados y comprobarán las pocas que son abatidas. Asimismo, en adjuntos les ofrezco un recuento histórico actualizado de los campeonatos, a fin de afianzarme todavía más en lo que acabo de citar.
Por otra parte, Fedenca y el Club de Cazadores de Becada han elaborado un estudio conjunto [2] que recomiendo leer para que vean, entre otras cosas, que los cazadores normales se darían por satisfechos si abatieran una becada por cada jornada de seis horas.
Por el contrario, la becada que entra con frío tiende a ubicarse en las crestas de los montes o en cotas altas. Me refiero a cotas altas y húmedas con vegetación que les permita caminar por debajo de ella sin ser vistas. Son muy querenciosos los corros de boj. En las cimas de las coníferas suelen estar en esas pequeñas islas de vegetación y en las orillas de la arboleda. No les suele gustar la pinaza como cama. Pero tengan presente que en las entradas de ahora, de la noche a la mañana se marchan todas o casi todas, pues alguna siempre se queda.
De todas las maneras, no les extrañe que en días como estos las vean volar hasta en las ciudades y pueblos cercanos a sus lugares de querencia. La mayor parte de los cazadores vascos han visto u oído hablar de becadas avistadas en la Vitoriana avenida de Gasteiz, pongo por caso. Créanselo. Pero eso es circunstancial y no se volverá a repetir hasta que nieve o se vayan otra vez a sus lugares de origen.
A vueltas con los datos de entrada de becadas
Sé que hay por ahí estudios a toro pasado, pero un año no es igual que otro. Para establecer reglas tienen que hacerse los estudios sobre unas magnitudes importantes cuyo tamaño de muestra sea fiable y demostrable. Y no vale sólo con eso, qué va. Hace falta saber la climatología con todos los datos de la temporada, haciendo especial mención a los del día que se abatieron para tener en cuenta esas coordenadas que en el momento que entran son ocupadas.Dichas coordenadas son conocidas por los sorderos del lugar, y van y vienen como posesos en coches propios o ajenos burlando las normas de aparcamiento. Los matarifes no son sorderos, pero hacen demasiado daño al colectivo, que por otra parte va haciéndose respetar por su seriedad. De momento ya ha conseguido que no se dispare a la becada desde los puestos palomeros o desde otros apostaderos, pero todavía falta una vigilancia exhaustiva y valiente que se lleve a cabo en las praderas por la noche. En A estos lugares acuden para comer, y algunas pernoctan después de haber cenado para oír al zorro, gato o mustélido caso de que se les aproxime, pues apenas tienen enemigos alados por la noche. Pero otras hacen justamente lo contrario. Por eso sería interesante que los estudios contemplaran el contenido de sus estómagos, tal y como lo hizo el ingeniero superior de montes de la Diputación Foral de Álava Luis Carlos Cabanas Mur durante diez temporadas, analizando los estómagos de 1.044 becadas. Por el contenido del estómago y el peso de la becada puede deducirse cuando entró esa sorda y la cota de captura, el tiempo que llevaba, la meteorología, etc. etc.
El ejemplo de las capturas de chochas en los campeonatos de caza
Yo critico mucho los estudios por haber estado acostumbrado durante toda mi vida profesional a hacerlos con tamaños de muestra válidos que había que justificar y un montón de factores más que no vienen a cuento, pero a falta de otros datos de este año, válgannos los de los recientes campeonatos del País Vasco. Esos pocos datos con sus fechas, lugares, número de cazadores y becadas capturadas, son una buena orientación para hacerse una composición de lugar, que no científica, de cómo está el estado del arte. Por eso se los he recopilado en su conjunto y se los adjunto.Provincia | Fecha | Lugar | Participantes | Capturas |
Álava | 10/11/2012 | Zuazo de Kuartango | 14 | 9 |
Vizcaya | 11/11/2012 | Sollube-Bermeo | 20 | 0 |
Guipúzcoa | 10/11/2012 | Leiztzarán | 26 | 5 |
Por otra parte, Fedenca y el Club de Cazadores de Becada han elaborado un estudio conjunto [2] que recomiendo leer para que vean, entre otras cosas, que los cazadores normales se darían por satisfechos si abatieran una becada por cada jornada de seis horas.
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