Esta última y buena entrada de becadas hay que ubicarla dentro de la normalidad, habida cuenta de los fríos extremos con los que la meteorología ha castigado todo el área de dispersión europea de la sorda, que la empuja a pasar los Pirineos. Esta vez pasaron unos contingentes que, por desgracia, no se pueden medir ni calcular mediante extrapolación en unidades.
Decirles, eso sí, que el sábado por la noche se repartieron, a juzgar por mi experiencia personal y las de otros muchos que las cazan, en el tercio norte peninsular. Nadie, que yo sepa, se topó con bandos, y quien más y quien menos las levantó y hasta hubo quien insistiendo hizo capturas importantes a pesar de ser el pasado día 9 el último del puente y tuvieron que apurar el tiempo para encarar el desplazamiento.
Luis Macías Estévez, periodista gallego y presidente de Periodipesca, me comenta que en Galicia ha ocurrido, sobre poco, lo que en el norte de Palencia. En Álava, el cazador y naturalistaJosé Luis Peña, coincide en darme una información igual previa selección al preguntar a varios cazadores de becadas.
Dónde se encontraban las becadas
Lo malo de esta entrada es que al producirse durante toda la semana del 3 al 9 de diciembre, muchas de ellas han posado, se han dispersado y se han encontrado con heladas que las han obligado a comer durante el día. Por eso los mejores lugares fueron los humedales en los que primero se derrite el hielo por el sol. De todas las maneras, llevamos unos días de escarchas que más bien parecen nevadas por la mañana.
La considerable primera entrada, muy choreada y con un colofón final muy bueno, se había refugiado en cotas bajas húmedas. Pero importantes contingentes, dada la poca humedad y el frío reinante, lo hicieron a las orillas de los ríos e incluso en los maizales que están sin cosechar todavía en la zona Saldaña (Palencia) y en las riberas del Duero allá por Toro (Zamora), entre otros muchos lugares.
Es tema muy comentado cómo se defienden sin salir volando debajo de unos zarzales en maridaje con tremendos matorrales donde la becada anda durante largo trecho a sus anchas, dado que son impenetrables para los perros. En casos así, la mejor solución es tirarlas unas cuantas piedras de manera estratégica y saldrán como si de becacines se tratara, pero acabarán saliendo.
Las arceas llegan para quedarse
En Europa podemos hablar de “una ola de frio”, durante la semana del tres al nueve de diciembre, semana que las empujo a pasar los Pirineos, pero al llegar a España se han encontrado con los prados, praderas, claros de monte y pastizales helados. Es posible que avancen hacia el centro o que vayan a hacer compañía a la primera hornada que nos visitó. Pero de momento están dispersas sin ánimo de agruparse y migrar. De todas las maneras, en el momento que pasan los Pirineos, es como si hubieran pasado el Rubicón, se moverán dentro de la Península y Baleares, pero no saldrán de España aun cuando se dice que algunas llegan hasta África.
Aún cuando esté escribiendo de importantes contingentes, hay que tener en cuenta que esa magnitud se mide dentro de una cantidad que se circunscribe a unas 110.000 capturas anuales en toda España, según datos de Fedenca. Ir a becadas no es garantía de verlas, cuanto si más de cobrarlas, pues las riberas de los ríos están intransitables y los montes están cada vez más cerrados como consecuencia de la ya casi inexistencia del ganado no estabulado.
Estamos ante un buen e incierto año de becadas
Si tenemos en cuenta de que aun no han terminado de entrar, yo creo que estamos ante un buen año de becadas si no se dispersan mucho y van a parar a la Dehesa Española, y no sería la primera vez que esto último sucede. Es más, si han aguantado este primer envite climatológico, las nevadas traerán micromigraciones becaderas a la costa y nuevas ubicaciones cuando pasen los temporales. Tenemos todos los ingredientes para disfrutar de un año excelente dentro de la magnitud habitual, aun cuando la pelota esté todavía en el tejado.
Los campeonatos provinciales organizados por la Real Federación Española de Caza se han celebrado con las becadas de la primera entrada y han estado dentro de lo normal, a pesar de que a quienes no estén metidos en el asunto les parezca que es poco un ratio de 0,50 becadas por cazador y día “en el primer contingente becadero” de entrada.